viernes, 1 de marzo de 2013

24h

Veinticuatro horas. Es el tiempo que pasé alejado de todo y de todos. Hace dos años, durante el verano, me dieron la opción de hacerlo y acepté de buen grado. Teniendo yo quince años recién cumplidos me pareció un reto bastante interesante y más aún cuando me dijeron que algunos no superaban el reto, ya fuese por el clima, la soledad o cualquier otra cosa. Era una manera de probarme a mi mismo.

Podía llevarme todo aquello que pudiese cargar con mis manos y una "manta" de plástica para la lluvia. Me puse tanta ropa de abrigo como pude, para no helarme por la noche y para poder llevar más cosas en las manos.

Me dieron una bolsa de cereales, una botella con dos litros de agua y me condujeron al lugar que me correspondía, en un bosque cercano a orillas del río, a las nueve de la mañana.

Estuve un par de horas trabajando en lo que sería mi refugio durante la noche moviendo troncos, recogiendo hojas, ramas etc. Algo así como Robinson Crusoe pero en cutre ya que a la hora de la verdad, esas horas fueron en vano pues me harté de frío igualmente, hasta el punto de tener que hacer flexiones y correr en medio de un bosque en noche cerrada para no helarme.

Sin embargo, lo que más aprecié y sin duda, más útil me ha sido fue reflexionar. Me senté en la orilla del río durante horas a simplemente pensar. Reflexionar. Meditar. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y os lo recomiendo a todos. No necesariamente en medio de la naturaleza, pero si pasar un día entero alejado del mundo.

No voy a contar las conclusiones o reflexiones que saqué de esa inigualable experiencia, ya que creo que todos deberíamos en algún momento pararnos a pensar y sacar nuestras propias conclusiones.

Luz y oscuridad



"Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo importante es que parte elegimos potenciar"

Esta frase la oí hace poco en una película y me llamó bastante la atención.

Seguramente no sepáis de quien es este cuadro. Es una de las muchas obras de Adolf Hitler. Me impresionó bastante, y no solo por la calidad del cuadro que, en mi opinión, es fantástico, sino también por el pintor. Hitler intentó estudiar Bellas Artes pero fue rechazado.

 Uno de los hombres más odiados de la historia, líder para unos, tirano para otros. Autor de una de las mayores masacres de la historia. ¿Cómo puede alguien así expresar un profundo amor al arte, expresar tanto sentimiento en algunas de sus muchas obras?

Está claro que por muy malvado que sea alguien, no cabe duda de que, entre tanta oscuridad, se pueden atisbar unos tenues halos de luz.


Álvaro E.




domingo, 17 de febrero de 2013

La otra cara del progreso

Cuando pensamos en China nos pueden venir diferentes ideas a la cabeza, una de ellas el asombroso crecimiento del gigante asiático que, en unos años, será la primera potencia mundial


Al ver esta imagen pensé que se trataba de una mañana de niebla, pero me equivocaba. Esta fotografía está tomada en Linfen, China, la ciudad más contaminada del mundo. Algunos la llaman "La ciudad sin sol" ya que apenas se puede ver un par de días al año. Una esperanza de vida de sesenta años, una tasa altísima de nacimientos con malformaciones y una visibilidad casi nula lo demuestran.   


China quiere producir más, vender más, crecer más, pero ¿a que precio?. Catorce de las veinte ciudades más contaminadas del mundo están en China. Linfen, rodeada por decenas de fabricas y minas es una prueba evidente de la ambición del régimen chino, su ansia de riqueza. Parece ser que para los gobernantes del país la vida humana vale poco y es reemplazable, y cuidar del medio ambiente algo inútil.  Y no son los únicos, ni mucho menos. Muchos países en vías de desarrollo como India, Brasil o Indonesia crecen a un ritmo espectacular a costa de arrasar con los recursos naturales. Además, muchas multinacionales sin escrúpulos hacen lo propio con tal de obtener beneficios. Parece que no acabamos de creernos que si seguimos así, estamos abocados al desastre. Entre todos, poco a poco vamos acabando con nuestro planeta.

"Donde se acomoda la usura, nacen la ambición y el poder, y este germina en la tierra, que agoniza por interés" Mägo de oZ





martes, 22 de enero de 2013

Solución bicolor

Me ha llamado la atención una cosa que veo a diario y sobre la que nunca había reflexionado. Conducir. Sabemos lo que es; ir al volante, acelerar, frenar, cambiar de marcha, etc. Pero creo que es mucho más que eso. 

Conducir es un fenómeno que transforma a la gente. Saca la persona impredecible, enfadada, irritable e impaciente que todos llevamos dentro. Incluso las personas más calmadas e inofensivas sufren un cambio espectacular cuando llevan prisa y hay atascos. Yo lo he visto y, a veces, da hasta miedo. ¿Y todo esto por qué? Por enormes masas de coches aquí y allá en nuestra querida ciudad, muchas veces provocadas por infinidad de bosques de metal con tres luces que manejan el tráfico a su antojo.¿Cómo solucionar este problema?

Creo haber encontrado la respuesta: reducir a dos luces los semáforos; rojo y ámbar.

Parece una estupidez, pero explico mi idea a continuación. Todos los conductores saben que cuando está rojo hay que parar, pero ¿Qué pasa cuándo está ámbar? He observado que, en la mayoría de los casos, el conductor acelera, bastante más que cuando esta verde, para cruzar el semáforo y más con nuestra "picaresca" española. Estando yo en el propio coche, o esperando para cruzar la calle he presenciado esto hasta el aburrimiento. 

Que recuerde ahora mismo, he asistido a dos escenas típicas de "el fenómeno ámbar".El mítico "llego, llego, llego, llego, llego, ¡llegué!" seguido de una satisfacción personal, como si hubiesen ganado una carrera contra un oponente invisible, para, por lo general, tener que detenerse en otro semáforo unos metros más allá. También he visto lo que denomino el "desafío al semáforo", o lo que es lo mismo, "aunque se cierre ahora, pasamos."

Estoy seguro de que muchos recordarán más escenas parecidas, pero estas dos las he visto desde que tengo memoria y la verdad, me hacen gracia la reacciones y creo que si algún conductor lee esto, estoy convencido de que sabe de lo que estoy hablando. Con la reducción a semáforos bicolor, creo que el problema del tráfico quedaría resuelto. El conductor agresivo que llevamos dentro no se manifestará de nuevo.

"Si hay algo que merece una recompensa, es la contribución social. La creatividad puede ser una contribución social, pero solo en la medida en que la sociedad sea libre de aprovechar los resultados." Richard Stallman.








lunes, 21 de enero de 2013

Reflexiones de un adolescente

¿Qué es la adolescencia? Creo saber la respuesta. Es el periodo de tiempo durante el cual, sin ningún motivo aparente, nuestros padres, profesores y demás adultos en general se vuelven unos ignorantes y unos déspotas. Normalmente, al cabo de unos años, el fenómeno, otra vez sin motivo aparente, vuelve a desaparecer. Así de sencillo. 

No nos entienden, ni nosotros a ellos. No saben mucho, ademas de no darse cuenta de que nosotros sabemos mucho más que ellos de cualquier cosa. 
Coartan nuestra libertad, nos presionan, nos oprimen, nos gritan, nos regañan. Un ejemplo son nuestros padres. Nos bombardean a preguntas cada vez que salimos de casa: nos preguntan con quien vamos, adonde vamos, cuando volveremos y un sinfín de preguntas más. Al volver a ella se repite el proceso. ¡¿No se dan cuenta de que ya tenemos 16 añazos?!

Tampoco nos entienden, ni nosotros a ellos. Afortunado será el joven cuyos padres o profesores siquiera se den cuenta de nuestras inquietudes al menos una vez al día. Me cuesta creer que alguna vez hayan tenido nuestra edad. Pero lo que de verdad me hace pensar es: ¿Qué les pasa a los adultos durante nuestra adolescencia?

 "Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años." Mark Twain



miércoles, 16 de enero de 2013

"Nuestros" gustos


Creo que me he dado cuenta, al igual que muchos, de que en realidad, no sé que es lo que necesito y me gusta, es más, no tengo ni idea. Creemos que son casos particulares: "No sabe lo que quiere" o "¿Cómo puede gustarle eso?". No somos conscientes de lo manipulados que estamos por la publicidad y la sociedad en general. Os dejo una imagen:

Estoy seguro de todos habéis consumido productos de algunas e incluso de todas de estas marcas. Si vas por la calle o estás en el autobús y ves algunos de estos signos, reconoces perfectamente la empresa y sus productos. 

Cuando alguien exclama: "Yo prefiero un Iphone a un Samsung" o "es mejor Coca Cola que Pepsi" seguramente no es que en realidad lo prefiera, sino que ha estado expuesto a más o mejor publicidad de un producto u otro. En resumen, otras personas deciden por él. Unas personas a las que no conoce ni conocerá: los publicistas. Ellos deciden por nosotros, lo que nos gusta, deciden que necesitamos y deciden que necesitaremos en el futuro, manipulando nuestros gustos, creándonos nuevas "necesidades" etc. Nos influye hasta el punto de, en palabras de Will Rogers:
"La publicidad es el arte de convencer a la gente para que gaste el dinero que no tiene en cosas que no necesita" 

¿Necesitamos un móvil de cientos de euros? ¿de verdad necesitamos consolas y videojuegos? ¿Por qué muchas veces cenamos en McDonalds, si en casa comemos mejor y más barato? ¿Necesitamos ir al cine? El consumismo, potenciado por la publicidad, es la lacra de nuestro tiempo.

Me llamó la atención saber cuanto dinero se gastaba en publicidad en el mundo en 2012. No voy a aburríos con un montón de números, solo saber que la suma total es de alrededor de unos ¡500.000.000.000 de dólares! Para hacernos una idea de lo que es esta cantidad de dinero (la verdad es que yo ni me la imagino) es más del PIB de los 50 países más pobres del continente africano, excluyendo los seis más "desarrollados" que son: Sudáfrica, Egipto, Angola, Marruecos, Nigeria y Argelia. Es decir, se gasta más en publicidad de lo que producen 700 millones de personas. Nadie se gasta tanto dinero para nada. ¿Todavía crees que la publicidad no influye en tus gustos?

"Una de las grandes -sino la mayor- tragedias del hombre moderno es que hoy, dominado por las fuerzas de los mitos y dirigido por la publicidad organizada, ideológica o no, renuncia cada vez más, sin saberlo, a su capacidad de decidir." Paulo Freire.





Álvaro E.

martes, 15 de enero de 2013

¿Una paradoja?

Prima de riesgo, problemas de financiación, recortes... nos hemos hartado de oír estos términos últimamente. Todos, o casi  todos, sabemos que estamos en una de las peores crisis de los últimos tiempos. Yo, desgraciadamente, lo veo a diario.

Hay hombres sin hogar donde antes no los había, las puertas de las iglesias están abarrotadas, al caer la noche, los cajeros y portales son utilizados a modo de vivienda improvisada. Pero hay un caso que me llamó especialmente la atención: Estaba en un tren de cercanías cuando un hombre entró en el vagón y empezó a repartir unas fotocopias. En ellas, una breve descripción de la situación que estaba atravesando su familia y una foto con esta. A los pocos minutos, regresó para recoger las fotocopias y los donativos de la gente. Me hizo reflexionar y quise profundizar buscando información.


Encontré unos datos del INE que decían que en 2012, existen en España unas once millones de personas que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social. Un cuarto de la población total, una cifra alarmante. A nivel global, y según datos del banco mundial, mil cuatrocientas millones de personas viven con menos de 1 dolar al día. Personas a las que ni siquiera se les reconoce sus derechos fundamentales. Personas que no tienen nada; que viven al día. Inaceptable.


Sin embargo, también he leído que en cinco años, el mundo tendrá el doble de millonarios. Además, estos aumentarán precisamente en aquellos lugares donde la pobreza es más extrema: Asia y América Latina. El selecto club de  aquellas personas con más de un millón se multiplicará por dos. ¿Una paradoja?. La brecha aumenta.

 "Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas." Martin Luther King.